06 septiembre 2013

Ser au pair endurece el carácter

Hoy me he levantado con energía, pensando que por fin era viernes y que mañana por fin podría dormir más y, además, iría a la ciudad con los padres y las niñas. La verdad es que preferiría ir sola, pero me consuelo pensando que es la primera semana y que así aprovechan ellos para enseñarme dónde está todo. Lo que sea con salir de la casa y de la urbanización en la que viven. La semana que viene pinta muchísimo mejor, porque el miércoles iré a la universidad a un encuentro de la AEGEE de aquí, y el viernes empiezo la escuela de idiomas. ¡Vida social! Saltemos todos de alegría conmigo, por favor.

El título de la entrada, sin embargo, no se debe a estos eventos que acabo de mencionar. Se debe a que, cuando una au pair se levanta con optimismo, y ve cómo el día empeora por momentos, tiene que racionar ese optimismo con cuentagotas para no hundirse. Se debe a que tiene que pensar que, cuando supere todo eso, se sentirá invencible, Supernanny, y podrá con todo lo que le echen. El espíritu au pairil nunca debe morir.

¿Qué ha pasado, os preguntáis? Quizá al final de esta historia pensáis que soy una exagerada. Es posible, porque yo lo magnifico todo, pero cuando estás viviendo en un país extranjero, en una casa que no es la tuya, con una familia que no es la tuya y oyendo todo el día una lengua que desconoces, los sentimientos están a flor de piel y la falta de costumbre merma los ánimos, especialmente al principio. Esta mañana, sin ir más lejos, la pequeña se ha puesto a vomitar sin parar en el desayuno. Los padres, después de tal festival vomitivo, han seguido dándole de comer, porque la niña quería y ha sido sólo algo "del momento"(aunque la niña esté enferma, tenga tos y mocos y los ojos con tantas legañas que no sé cómo puede ver, de verdad), pero los alemanes son unos fortachones y sus hijos también, que por algo los alimentan a base de verduras y frutas bio, eco y orgánicas. (Es posible que todo esto sean sinónimos). La niña, evidentemente, sólo quería estar con la madre, y aunque no tenía fiebre, estaba claro que no estaba bien. Sin embargo, la madre tenía que ir a comprar (y luego tenía que trabajar), así que me he quedado yo con la peque, que para algo estoy. Parecía que estaba animada, y me ha dicho que le apetecía ir al jardín. Ahí me he confiado yo, pensando que esta sería una mañana más columpiándola hasta dejara de sentir mis brazos, pero no. En ese instante, la niña ha empezado a vomitar sin parar en la escalera. Y a llorar. Todo junto. Vomitar y llorar. ¿He dicho ya que sin parar? Todo estaba por todas partes, incluso en mis leggins. Mi mente se ha quedado en blanco durante un instante, viendo cómo ese torrente no tenía freno. Luego la he cogido en brazos y he bajado las escaleras lo mejor que he podido, intentando no resbalarme con tanto charco de tropezones. Mientras cambiaba a la niña y, yo sin saberlo, le ponía la ropa de su hermana (en mi defensa diré que la camiseta le iba perfecta, qué iba a saber yo), me preguntaba dónde diantres estarían los utensilios para limpiar, es decir la fregona, trapos, cubos con agua, etc. Después de hacer una búsqueda intensiva por los sitiosen los que suelen haber estas cosas en las casas (los baños y debajo del fregadero) y no encontrar ni una mísera fregona, me he armado con servilletas y trapos para limpiar el desperdicio. Durante todo mi recorrido por la casa, escaleras arriba y escaleras abajo, la niña me iba siguiendo, preguntándome que dónde estaba su 'baby'. Su 'baby' estaba en el cubo de la ropa sucia, apestando a vómito. Le he dicho que se estaba lavando, que el pobre también estaba muy sucio, y ella, llena de comprensión, me ha dicho 'claro, es que hacía mucha peste'. No lo sabes bien, bonita.
Todo eso ha pasado a las 10, y yo ya sentía que había corrido una maratón. La peque me rompía el corazón, estaba claro que estaba mala y que no podía más. Se me quedaba dormida en el columpio (la movía muy suavemente, no sufráis), pero no quería irse a la cama, quería jugar, pero no podía moverse, etc. Ha sido entonces cuando la madre ha tenido la idea del día. Se le ha encendido una lucecita en la cabeza, ha cogido a la niña con convicción y me suelta: "Mira, la voy a poner en el cochecito, te la llevas a dar una vuelta y a ver si se queda dormida. ¿No querías ir a explorar la urbanización? ¡Es perfecto!". Ha bajado las escaleras tan rápido que no ha podido ver mi cara de estupefacción. Quizá debería haberle dicho que no me sentía cómoda yendo por mi cuenta cuando la niña se encontraba así, pero no me he atrevido, para qué engañarnos. Aún así, me he armado con mi bolso, mis móviles (los dos inútiles, porque en el español no tengo datos, y en el alemán no me funcionan aún) y mis gafas de sol. La madre me ha explicado la ruta, que era "muy fácil". "Es un círculo", me dice. "Sube, gira a la izquierda, luego a la derecha, cruza el cementerio, sigue, y vuelves por detrás". ¡Listo! Yo, que a veces tengo el ego muy subido, he pensado que si no me he perdido en grandes ciudades como Londres, una urbanización de cuatro calles no debía ser gran cosa. Luego, para completar la guinda del pastel, me ha dado toallitas y trapos, por si volvía a vomitar. Ah, qué detalle.

He emprendido el camino con energía, como todo en esta vida, y al cruzar al cementerio y andar unas calles más, la niña ha empezado a berrear. No a llorar, no. A berrear. La energía que no había usado en toda la mañana la ha sacado entonces para hacer un buen uso de sus cuerdas vocales. No era suficiente con que la oyera yo, sino que tenía que oírla toda la urbanización. Las calles estaban desiertas, silenciosas, y había casas en ambos lados. Me imaginaba a los vecinos mirando por las ventanas, juzgándome. En vez de dar media vuelta y volver por el camino seguro, he decidido hacer lo que me ha dicho la madre, que era dar la vuelta al "círculo" de las narices para volver antes a casa. Qué ingenua de mí. Qué círculo ni qué leches. Todas las calles me han empezado a parecer iguales, y mi estado de ansiedad iba aumentando con cada llanto y con cada calle que no reconocía. La niña seguía llorando y llorando. Parecía que los minutos se convertían en horas y que el tiempo no avanzaba. Ninguno de mis trucos de Supernanny funcionaban. De nada servía cogerla, o cantar, o jugar al veo veo, o hablarle, o callarme. Ella quería a su madre, y la quería ya ya ya. Me ha dado el agobio, y he tenido el impulso de llamar a la madre para decirle que me había perdido y que su hija estaba en un estado de berreo desconsolado. En ese primer momento de pánico aupairil me ha dado igual someterme a la humillación que eso supondría, ya que lo único que quería era que dejara de llorar. Pero, tras un instante, me he enfriado. ¿Qué conseguiría llamándola? Preocuparla y hacerle pensar que no sé apañármelas. La niña hubiera seguido llorando hasta que viniese la madre, y nadie habría salido ganando. Así que he decidido dar media vuelta y dejar que la niña se desgañitase a gusto. He dado varios rodeos, porque he pasado por una casa que estaba en obras varias veces (cuyos obreros buenorros me miraban desde el balcón y el jardín con unas caras...), pero al final he divisado el cementerio de nuevo. No sé cómo he podido alejarme tanto, de verdad. Cuando la niña ha visto su calle, y su casa, ha dejado de llorar. ¡Victoria! Me sentía hecha polvo y con los nervios a flor de piel, además de que hacía un calor insoportable (hola, Alemania, no he traído tanta ropa de verano, así que basta ya). Pero no os preocupéis, aún tenía que pasar más momentos de ridículo por las cosas más tontas como, por ejemplo, no poder abrir puertas. La primera ha sido la puerta de la verja, que no había manera de que se moviera. Al final he pasado la mano por encima y la he abierto desde dentro. La segunda, la puerta de casa. Esto ya es de caso de CSI. Ya me veis a mí con la niña al lado, calmada, pero mirándome impaciente, y yo aún con el sudor resbalándome por la frente, probando las tres llaves una y otra vez, sin suerte. He hecho de tripas corazón y he llamado al timbre. La madre me mira como si hubiera bajado de la Luna, le cuento mis dificultades con la dichosa puerta, y me mira con su cara de póquer habitual. "La puerta se abre con la llave", me dice, llena de obviedad. No me digas. Me decido a mostrarle el problema, yo toda convencida. Pongo la llave para que lo vea, la giro a la izquierda, y la puerta se abre. Imaginaos mi cara. Y el de la madre. Por qué, destino. Por qué.

Estas entradas cada vez son más largas, ay. La verdad es que ponerlo en el blog me ayuda a verlo con perspectiva y a tomarme las cosas de otra manera. Una de las cosas que más me fastidia es el hecho de que la madre trabaje en casa, porque es un arma de doble filo para la au pair. Las niñas saben que su madre está abajo, que si quieren pueden bajar las escaleras y verla, y se aprovechan de ello. ¿Qué puedo hacer cuando la mayor decide hacer precisamente eso, y la pequeña se queda jugando sola en el comedor? No puedo dividirme. Tampoco puedo ponerles una correa y decirles que no se muevan, que no bajen, que no la molesten. Intento distraerlas de mil maneras distintas, a ver hasta cuándo dura el truco, pero a veces es imposible. No sucede muy a menudo, y no creo que a la madre le suponga mucho esfuerzo dedicarle cinco minutos dentro de su jornada laboral a sus hijas, así que intento no torturarme. Lo hago lo mejor que puedo, y ellos lo saben. La verdad es que me siento más cómoda ya, más integrada. He dejado los tejanos en el armario y me paseo con ropa más cómoda. Además, la confianza es tal que ya lavan mi ropa, es decir, que han visto mis Unterhose del derecho y del revés. (Aclaro que lo prefieren así a que me la lave yo y ocupe la lavadora cuando ellos puedan necesitarla por algún motivo -como, por ejemplo, el estropicio apestoso de hoy-, porque yo tenía la idea de lavármela yo misma.)

Para acabar el día, y la semana de trabajo, hoy he cenado solo con el padre porque la madre no se encuentra muy bien del estómago tampoco, y la verdad es que no me voy a quejar. Tienen en consideración lo que les digo (como que la pimienta no me gusta, y ahora se la ponen ellos aparte), me preguntan cómo estoy, si hay algo que necesito, etc. Me han dicho que, por su parte, no hay quejas, que todo va perfecto y que están encantados porque las niñas me han cogido cariño con mucha rapidez. Yo no puedo más que sonreír. Es curioso, porque durante el día a veces, por la mañana, se me hace largo todo, pero luego, cuando acabo, me siento satisfecha y con ganas de seguir pa'lante.

Mañana quiero ir a correr por la mañana. Ya más por dignidad que otra cosa, porque llevo dos noches diciéndoles a los padres que tenía pensado ir por las tardes, y al final me he quedado en casa. ¡Venga, que yo puedo!


23 comentarios:

  1. Las primeras semanas son duras, pero ya veras como van mejorando. Lo juro. Mis primeras dos semanas las pase con las tres niñas vomitando y la abuela alemana total en casa mirándome la nuca todo el día... Y mírame, contra todo pronostico no solo no me fui sino que terminé mi año y sigo viva jajajaja.

    El tema de la madre... yo lo digo siempre: padres en casa = caca.

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    1. No sabes lo que me anima tu comentario, en serio. ¿Cómo pudiste? Empezar y las niñas vomitando, y encima la abuela allí vigilando, dios. Tú es que eres muy fuerte, yo estoy ya para hacer las maletas y volver a casa jajaja (no, es broma, pero a veces me pregunto 'QUÉ HAGO AQUÍ'. Es la falta de vida social, supongo).

      ES UNA CACA ABSOLUTA que esté en casa la madre, de verdaadddddd. Hoy me la han vuelto a liar, lloriqueando en plan 'mama mama' y yo ahí desesperándome y tirándome de los pelos, pero nada. Ais

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  2. roser, he passat deu minuts amb un atac de riure!!!
    això del blog es addictiu!!

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    1. quanta alegria em produeix que les meves desgràcies siguin motiu de riure i alegria! :D

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  4. Cada vez que te leo me siento más identificada. Me alegra leer las historias de alguien que, como yo, todavía es una novata y no sabe lo que le depara este futuro cruel.
    A mí todavía no me ha pasado nada así (y cruzo los dedos para que no me pase), pero el otro día a uno de mis niños empezó a sangrarle la nariz en el parque y no había forma de que parara. Menos mal que iba preparada y llevaba pañuelos y toallitas, que si no... Y cuando pasan cosas así, que en realidad no son tan catastróficas, yo por lo menos siento que la he liado y que estaba muy ricamente en mi casa. Pero como tú bien dices, hay que cargarse de optimismo ^^
    Yo empiezo las clases de alemán el 16 y no veo la hora de que llegue y poder socializarme un poco, que por el momento solo hablo de Kindergarten, de Legos y de spielen xDD
    Con el tiempo también estoy igual. Tengo el armario lleno de jerséis y sudaderas y en la calle estamos a 30º. Menos mal que a partir de la semana que viene bajarán un poco las temperaturas (seguro que cuando nieve y se me congelen hasta los pensamientos cambiaré de idea xDD)
    Y lo de la ropa... A mí me pasó exáctamente igual xD La madre me dijo que poner una lavadora con dos camisetas y tres bragas era una tontería y que la lavara con la suya. Luego la tendió y todo, así que pudo apreciar mis maravillosas braguitas rosas y mis calcetines de colorines xDDD
    Nos leemos, bonica :)

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    1. Tendríamos que hacer una hermandad o algo. "Au pairs novatas: unidas en el sufrimiento" o algo así. El mundo de au pair es, definitivamente, muy cruel. Siempre hace gracia leer los blogs y verlo todo desde fuera, pero joder, cuando una lo vive en carne propia es como...mátame!
      Carguémonos de optimismo porque otherwise nos da la depre aquí sin vida social xD Yo empiezo las clases el viernes, y resulta que tendré solo ese día de clases, pero pienso amortizar esas horas que no veas. Ya me han visto el pelo para cenar!
      Parece que el tiempo nos ha oído, porque está haciendo un tiempo de perros estos días. Me dice mi host mum que voy a sufrir cuando llegue el invierno (ella siempre animándome...).
      Un besote, guapa!!

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  5. Ay, si es que en esos momentos una no sabe qué hacer. Pero he de decirte que lo has contado de una manera tan graciosa que al final siempre se le puede sacar el lado positivo al asunto. Yo también he tenido mis momentos de "tierra trágame", pero te ayudan a ser más fuerte, como tú bien dices. Después de pasar por esas crisis au pairiles, una ya se cree que puede dominar el mundo haha

    Espero que todo vaya genial.

    Muchos besos, bonita.

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    1. Jajaja me alegro que te haya gustado. Ya, en el fondo es horrible. Ahora me río (con esto y con los otros momentos 'tierra trágame' que he vivido), pero madre mía, qué mal se pasa cuando te ocurre algo así. Pero nada, a por todas!
      Muchos besos, guapa!

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  6. Me siento identificada, la primera semana se me rompió una jarra y me comí mucho la cabeza, es exactamente lo que dices, al estar fuera de casa con gente nueva cansa y no te deja ver las cosas con claridad a veces.

    Aunque pff, menuda prueba la de la niña enferma vomitando y tú perdida... lo resolviste muy bien, yo no sé si hubiese sido capaz al principio!

    Por otro lado, me alegra leer que te vas sintiendo más cómoda en casa y que tienes el apoyo de los padres, es importantísimo, imagina tener que pelearte con los HK y los HP a la vez :S.

    Mucho ánimo y un beso!

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    1. Buf, bueno, piensa que al menos era una jarra y no un niño...que a mí me ha pasado hoy que una de mis niñas se ha pegado el coscorrón de su vida por mi culpa (esto da para otra entrada, porque tela xD) y casi me da algo.
      Esta urbanización es muy rara, de verdad. Hoy he salido con las dos niñas al parque, y me he dado cuenta que el otro día, cuando estaba tan perdida, resulta que iba por buen camino y que si hubiera girado la calle habría llegado a casa! Pero no, di tooooda la vuelta para asegurarme bien.
      Sí, tener el apoyo de los padres está bien. A veces se me olvida que no es una relación de subordinación, y que no tengo que hablarles como si les pidiera permiso siempre, porque eso me hace estar más cohibida. Simplemente tengo que ir y decirles las cosas, igual que ellos me las dicen a mí. Poco a poco, supongo.
      Gracias, guapa! Besos!

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  7. A mí me pasa eso y me vuelvo a España corriendo xD Ay dios mío, es que cuidar de niños es una responsabilidad muy grande e irme yo sola con una niña tan pequeña que encima está mala en una zona que no conozco... suerte que pudiste volver a la casa sin ayuda externa >_<
    Lo de la puerta... tía, es que me recuerdas a mí en Londres, el primer día, buscando mi residencia, que cuando encontré mi edificio me puse a subir escaleras (CON LA MALETA GIGANTE QUE PESABA LA MITAD QUE YO) y resultó que mi habitación estaba en la planta baja pero yo la había descartado porque probé la llave en esa puerta primero pero no conseguí abrirla. Nada, que había que dar más vueltas, o más fuerte, o hacia el otro lado, o lo que fuera ^^u (suerte que a mí no me vio nadie hacer el tonto con la llave xD)
    Limpiar vómito de una escalera con servilletas tiene que ser toda una experiencia. Suerte que aunque no las usan sí las compran xDDDDDDDDDDDD

    Ánimo Rus!!! Tú puedes >o<

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    1. Llego a llamar a la madre y vamos, creo que me saca las maletas a la calle xDD
      RESULTA QUE LA PUERTA SÍ QUE SE ABRE DESDE DENTRO. El otro día cuando salí con el padre me fijé cómo la abría él Y LA ABRÍA DESDE DENTRO. ASÍ QUE EN EL FONDO LO HICE BIEN. YAY. Ay, pobre, ya te imagino en la residencia, muriéndote con la maleta xDDD Tragedias que nos pasan y que luego se convierten en anécdotas de lo más divertidas xDD
      Pues la verdad es que sí xD no sé por qué las tienen si no las usan, pero supongo que con crías tan pequeñas nunca viene de más tener un montón de servilletas/kleenex/derivados por si las moscas xD.

      Gràcies maca! <3

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  8. Ay, Roser xDDDD Lo siento mucho pero qué risas. He hecho lectura dramatizada en casa para mi madre y todo xD Bueno, tú palante, que a ti estas cosas a la hora de la verdad se te dan bien y puedes con todo (ojalá tuviera yo tu valor y tu constancia!) y disfruta de ese encuentro de AEGEE. CUÉNTAME QUÉ TAL, EH. <333

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    1. Qué maldita eres xDDD Me alegro que tú y tu madre os lo hayáis pasado bien xDD. A mí esto no se me da bien, estoy todo el día preguntándome 'qué estoy haciendo????', pero por la noche se me pasa y estoy animada, y es cuando contesto a los comentarios, porque si lo hago antes se me puede notar mucho que urgh, esto cuesta xD

      (Pero gracias por los ánimos, bonita :) Y sí, ya te contaré qué tal el encuentro. Me muero de ganas. VIDA SOCIAL YAY)

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  9. ánimos roser!!!!!! me pongo en tu piel y estaría exactamente como tú. Pronto t acostumbrarás, ya verás... es difícil de un día para el otro encontrarte viviendo con gente q no conoces nada nada... pero poc a poc! :) la experiencia de la niña exorcizada....tela xd jajaja piensa q no siempre será así.

    besitos!

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    1. ¿qué será eso de 2ºB? JAJAJA EN FIN...

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    2. Sofiii de 2ºB JAJJAJAJA, gracias guapa! Es que, además, los alemanes son raros de por sí, pero la madre que me ha tocado es de lo más zasca del mundo. Hoy hemos ido al banco y lo he comprobado, así que he dejado de tomármelo como un ataque, porque realmente le habla así a todo el mundo xDDDD. Pero bueno, es eso, poco a poco...llevo solo una semana y de verdad que parece que hayan pasado meses ya *exageración ftw!*

      Besos pretty!

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  10. Te comprendo perfectamente con lo que dices de que los padres estén en casa. A mí me reventaba los días en los que tenía que cuidar a los niños y ellos estaban (no ocurría mucho pero a veces sí), porque llega un momento en el que pienso "están abusando", ya que tienen que trabajar pero al mismo tiempo es relax y no hacen nada, y yo pienso "para qué cojones me necesitan? es que no pueden dedicarles cinco minutos a sus hijos?".
    Yo tenía a dos niños, y lo que hice (en cuanto a lo que comentas de dividirte y tal) era estar siempre pendiente del pequeño, y el grande si quería venir perfecto, y si no, yo lo dejaba a su aire. (venía siempre jaja).
    En cuanto a lo de la vomitera... Omg. Me pasa eso a mí y te juro que me muero de no saber qué hacer xD Pero bueno, es lo que todas te dicen: verás como conforme pasa el tiempo te ves mejor con ellos y contigo misma.
    Tienes toda la razón en eso que dices de que ser au pair te forma como persona, y de hecho como una persona más segura y madura.
    OLE NOSOTRAS!

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    1. Ya, a mí lo que peor me sabe es que la madre está trabajando y las niñas a veces se ponen en modo plasta de querer ir con ella, y las puedo entretener durante un rato pero llega un punto en que es imposible y al final acabo 'molestándola' y eso me sabe fatal. Pero luego pienso 'qué coño, son tus hijas, por algo trabajas desde casa'. Porque tienen la opción de que la mayor se quede a comer, o de que la pequeña vaya a la guardería, pero no lo hace porque 'es muy pequeña' y por eso las niñas tienen mamitis y papitis aguda, pero bueno. Son muy monas (cuando quieren), y los padres también xD.
      Sí, cuando me tengo que dividir me quedo siempre con la pequeña, que tiene más posibilidades de romperse la cabeza con cualquier cosa que la mayor xDDD
      La vomitera fue la prueba de fuego xD Yo creo que el resto es ya un pim pam jaja. Cuando hay situaciones que me superan pienso 'pudiste con el vómito y con una cría llorando en un barrio desconocido; puedes con esto!'. Me animo sola jajaja.
      OLE Y OLE NOSOTRAS. De verdad, cómo nos admiro xD

      Besos guapa!!

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  11. I tant que si que es de admirar, molts anims i andavant!!! Segueix aixi guapa, a tope amb el aleman i les nenes, petons

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  12. ¡Pero qué bonito te ha quedado el blog! Tengo que hacer repaso de blogs para ponerme completamente al día de todas!
    Las primeras semanas toca adaptarse pero es verdad lo que dices...mucho ánimo de todas formas!! A mí el primer mes se me ha pasado volado!

    Muchos besitos!!

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  13. Jesús, que prueba más dura tu adaptación, mujer de Dios... Vomiteras sin fregona... ¿Has descubierto si finalmente tenían? Porque a mí me tocó recoger vómito y pipí con trapito mojado... "We don't use that..." (No sé por qué coño un invento tan inteligente no llega a países tan desarollados, o al menos culturalmente, porque fregonas, las hay)

    Me he estresado de leerte, pero al final te pudiste salir con la tuya.

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